Only now, the full horror of Burmese junta's repression of monks emerges

By Rosalind Russell

Published: 11 October 2007

Monks confined in a room with their own excrement for days, people beaten just for being bystanders at a demonstration, a young woman too traumatised to speak, and screams in the night as Rangoon's residents hear their neighbours being taken away.

Harrowing accounts smuggled out of Burma reveal how a systematic campaign of physical punishment and psychological terror is being waged by the Burmese security forces as they take revenge on those suspected of involvement in last month's pro-democracy uprising.

The first-hand accounts describe a campaign hidden from view, but even more sinister and terrifying than the open crackdown in which the regime's soldiers turned their bullets and batons on unarmed demonstrators in the streets of Rangoon, killing at least 13. At least then, the world was watching.

The hidden crackdown is as methodical as it is brutal. First the monks were targeted, then the thousands of ordinary Burmese who joined the demonstrations, those who even applauded or watched, or those merely suspected of anti-government sympathies.

"There were about 400 of us in one room. No toilets, no buckets, no water for washing. No beds, no blankets, no soap. Nothing," said a 24-year-old monk who was held for 10 days at the Government Technical Institute, a leafy college in northern Rangoon which is now a prison camp for suspected dissidents. The young man, too frightened to be named, was one of 185 monks taken in a raid on a monastery in the Yankin district of Rangoon on 28 September, two days after government soldiers began attacking street protesters.

"The room was too small for everyone to lie down at once. We took it in turns to sleep. Every night at 8 o'clock we were given a small bowl of rice and a cup of water. But after a few days many of us just couldn't eat. The smell was so bad.

"Some of the novice monks were under 10 years old, the youngest was just seven. They were stripped of their robes and given prison sarongs. Some were beaten, leaving open, untreated wounds, but no doctors came."

On his release, the monk spoke to a Western aid worker in Rangoon, who smuggled his testimony and those of other prisoners and witnesses out of Burma on a small memory stick.

Pornografía vilipendiada

‘‘Atrevida, pero no pornográfica”, la muestra sobre arte y sexo en el Barbican

AFP (referido por La Jornada, 11 octubre 2007)


Una visitante observa la imagen en la que el artista estadunidense Jeff Koons aparece haciendo el amor con su ex esposa, la Cicciolina, incluido en la colectiva Seducido: el arte y el sexo desde la Antigüedad hasta hoy, que este viernes se inaugura en el Centro Barbican, en Londres Foto: Reuters

Londres, 10 de octubre. El Barbican de Londres, la ciudad donde todo, o casi todo parece permitido, inaugura el viernes una provocativa exposición sobre la relación milenaria entre el arte y el sexo que estará enteramente prohibida para menores de 18 años.

Esculturas romanas, grabados eróticos japoneses, miniaturas indias e iraníes, obras de Rembrandt, Fragonard, Klimt y Picasso, un filme de Andy Warhol que muestra una felación, pinturas chinas en seda: más de 250 obras del mundo entero se exhiben en Seducido: el arte y el sexo desde la Antigüedad hasta hoy.

“Los invitamos al placer de ser seducidos por el arte que a lo largo de la historia ha abordado temas sexuales”, se lee en la entrada de la exhibición que, aseguran los organizadores, busca “provocar, pero no escandalizar”.

Nunca en el mundo se había hecho algo así, manifestó Martin Kemp, uno de los curadores de la muestra, la cual implicó cinco años de trabajo y una “logística extraordinaria”, debido a que las obras vinieron de muchos países.

La exposición, que concluirá el 8 de enero, incluye desde esculturas romanas ejecutadas hace 2 mil años de bacanales y de ninfas acosadas por sátiros –tema luego retomado por Picasso y Rodin, a finales del siglo XIX– hasta fotografías fetiches de Robert Maplethorpe y Nan Goldin.

La exhibición “es atrevida, pero no pornográfica”, insistió Kemp. “Muestra cómo las diferentes culturas han expresado en el arte este tema básico: el sexo. En cambio, la pornografía es unidimensional, no explora las relaciones humanas”, dijo.

El Barbican, que festeja 25 años, consiguió una pequeña hazaña: el Museo Metropolitano de Nueva York le cedió para esta exposición un explícito cuadro de Picasso, La Douleur (Scène Erotique), del periodo azul del maestro malagueño. Se trata de un óleo en el que el artista se retrata en pleno acto sexual y que ese recinto nunca se ha atrevido a colgar.

Otra hazaña fue conseguir que el “Gabinete secreto” del Museo de Nápoles prestara frescos hallados en un burdel de Pompeya, de parejas haciendo el amor; y que la galería Borghese, de Roma, cediera una de sus más grandiosas esculturas en mármol: Hermafrodita durmiente.

El Barbican exhibe asimismo acuarelas eróticas de Turner, Rodin, Klimt y Schiele, un óleo de Francis Bacon de dos hombres haciendo el amor en una silla y la famosa fotografía del artista estadunidense Jeff Koons en el acto sexual con su ex esposa, la ex estrella porno Cicciolina.

No podía faltar el filme de Warhol, Blow job: 35 minutos de sexo oral, sólo visto en el rostro de un hombre.


Actas y comentarios sobre el curso de historia de la sexualidad (M. Foucault)

A los alumnos de Problemas de Filosofía de la Historia y de las Ciencias Sociales I (Fac. Filosofía UNAM, 2008/1):

Los que suban las actas (o notas de clase) en los comentarios a esta entrada por favor registrar la fecha del acta correspondiente y el nombre de quien la redacta (aunque lo publiquen como "anónimo", sic).
Gracias.

Luz y Fuerza no puede


Foto: Uriel Anel (Koriel)


Crónicas Neuróticas


Rafael Pérez Gay


Periodico el universal




El domingo por la mañana el timbre del teléfono me regresó a la vigilia. Del otro lado escuché una voz llena de optimismo:
-Asómate a la ventana y mira el cielo. Hace años que no se veía un día así en la ciudad de México, se ven los volcanes, un espectáculo imponente.



Colgué y me volví a dormir murmurando blasfemias. Más tarde, a una hora decente, subí a la azotea y miré el cielo. En efecto el viento había disipado el esmog descubriendo azules inverosímiles en el cielo del Distrito Federal, la nubes separadas por el aire se alejaban en el horizonte. Me puse cursi: este es el mismo cielo que vio Alejandro de Humboldt: "Ciertamente no puede verse espectáculo más rico y variado que el que presenta el valle en una hermosa mañana de verano, estando el cielo claro y con aquel azul turquí propio del aire seco y enrarecido de las altas montañas". Al final, la cursilería siempre recibe un castigo. El estruendo se oyó muy cerca. Los ventarrones tiraron un espectacular sostenido en los alto de un edificio de cuatro pisos. Cuando empiezan los aironazos, ese anuncio de chiles jalapeños se tira al piso dos o tres días y luego lo vuelven a instalar. Todavía no ha matado a nadie. Minutos más tarde se oyó una explosión grande seguida de otra de menor envergadura, entro a la casa asustadísimo y pronuncio una frase definitiva:



-Se fue la luz.



Hemos vuelto al viejo dilema: cielo azul o energía eléctrica. A dos cuadras de la casa, el transformador de un poste de energía eléctrica estalla con los ventarrones. Humboldt no tuvo esa disyuntiva porque no había luz en la Nueva España, se alumbraban con teas. Dejo en paz al cielo y a los volcanes y miro a los postes, una red de cables enredados, una telaraña incomprensible. La ciudad nunca llegó a los conductos subterráneos. Bien visto, el alumbrado es un milagro. Empiezan las llamadas telefónicas, compartir desdichas une mucho a las personas:



-¿Tienen luz?
-No tenemos.
-¿Qué hacemos?
-Comprar velas. Va para largo.
-Habla a Luz y Fuerza y diles que manden un camión.



Sigo el consejo. Una grabación: "Bienvenidos a Luz y Fuerza del Centro. Si deseas reportar algún problema con el suministro de energía eléctrica marca uno. Si requieres información sobre tu recibo o de algún otro aspecto marca dos".



Desde luego tengo muchas preguntas qué hacer acerca del recibo de la luz y me gustaría tratar algunos aspectos relacionados con el alumbrado público, pero de momento la urgencia obliga, marco el uno. Otra grabación: "Si eres el único que no cuenta con energía eléctrica marca uno; si tus vecinos tampoco cuentan con energía eléctrica marca dos". Marco dos y espero. Me sorprendo hablando como empleado de la compañía:



-Señor, de aquí de la calle de Cosalá. Hace dos horas que no tenemos energía eléctrica en un amplio sector de la Condesa.



-Nos estalló un transformador. Va para allá un camión.



Les informo a los interesados con una frase simple y tomo una decisión estúpida:



-Que viene para acá el camión. Voy a la calle a ver si llega.



Camino dos cuadras. Un camión con una escalera y un hombre en la punta reparan el desperfecto en lo alto de un poste de cemento. Los vecinos han recibido a los trabajadores del DF como a héroes cívicos. Les compraron Gansitos y Gatorades. El chofer come pastel y se refresca a grandes sorbos como si hubiera trabajado dos días en el desierto. Desde ahora pienso tener una dotación de gansitos y bebidas hidratantes en casa, para los apagones.
Cuatro horas después del estallido se restableció el fluido eléctrico. Menos mal, pudo ser peor. A las cinco y veinte de la tarde se desata otro ventarrón. Hago changuitos con los dedos índice y anular. No sirvió de nada. Se oye un estruendo seguido de una explosión. Los vecinos gritan que no puede ser, que la mala suerte nos persigue. Repito completa la operación con la voz de la grabadora. El empleado me dice:



-Nos volvió a reventar el transformador. Son los vientos. Va para allá el camión.



Camino por la estancia de la casa con las manos entrelazadas en la espalda como si intentara resolver un grave problema filosófico. Se acerca la noche como una amenaza. A las ocho encendemos las lámparas de apoyo. Se trata de dos cilindros de neón que se conectan a los enchufes de energía y cargan una pila con dos horas de duración. Oro molido en nuestras circunstancias. Las compré en la calle de Victoria y son magníficas para emergencias catastróficas. Pasa el tiempo y el camión no aparece. Ha llegado la hora de las velas. Tenemos muchas, las compré en la tlapalería la tercera vez que estalló el transformador. Traigo de la azotehuela doce botellas de cerveza y encajo las velas. No se ve nada. Aun en situaciones desesperadas hay quien cuida la estética:



-Qué feas se ven esas botellas.
-Recuérdame que la próxima vez compre un candelabro del siglo XVII en la Lagunilla.



Diez treinta de la noche. Hemos perdido toda esperanza. Deambulamos como fantasmas por la casa en tinieblas. Me tropecé tres veces con la misma silla. Todas las pilas se han agotado: el I Pod no funciona, las computadoras se han desvanecido. A las once de la noche la luz regresó de su largo viaje. Sin mucha convicción sugiero un porvenir sencillo:



-Apaguemos las luces y vámonos a dormir porque mañana es lunes.



Santo entierro en San Cristóbal

Foto: Kore
SANTO ENTIERRO (Catedral de San Cristobal de las Casas, Chiapas)

El frío tirado en otoño


Foto: Graciela