La fin de Satan


A través del universo escucho la palabra ¡Vete!

Hasta los cerdos le dicen al estiércol yo desprecio a Satán.

Una vez yo fui la pura luz de la alborada.

¡Yo! Yo era el arcángel de la frente espléndida…

Pero tenía envidia. Ése fue

Mi crimen. La palabra fue dicha, la divina boca

Me declaró malvado. Y Dios me escupió en el foso.

¡Ah! ¡Lo amo! ¡Ese es el horror, ésa la quemante llama!

¿Qué será de mí, abismo? ¡Amo a Dios!

El infierno es su eterna ausencia.

El infierno es amar, gritar, ¿Dónde está mi luz,

Dónde mi vida, dónde mi iluminación?

[Cuando acababa de caer, yo me jactaba]:

Este Dios, el corazón del mundo, este brillante Padre

A quien ángel, estrella, hombre y bestia llevan dentro,

Este pastor que acoge a su grey de criaturas,

Este ser, la fuente de la vida, el único y verdadero,

El único necesario…

Puedo vérmelas sin él, yo, el gigante castigado…

Pero aún así ¡lo amo!...

¡Yo sé la verdad! Dios es corazón y no es espíritu;

Centro de amor del mundo,

Conecta con sus divinas fibras

Los filamentos y raíces de cuanta cosa vive.

[Dios ama a cada criatura]

Excepto a Satán, para siempre rechazado, triste, condenado.

Dios me deja fuera, termina en mí, soy su frontera.

Sería infinito, Dios, si yo fuera…

Cien y cien veces lo repito:

¡Yo amo! Dios me tortura, pero mi única blasfemia,

Mi locura y mi único lamento es decir ¡yo amo!

Mi amor es suficiente para que el cielo tiemble.

Pero en vano


Victor Hugo




1 comentario:

  1. CON ÉL ESTABA YO ORDENÁNDOLO TODO; Y FUI SU DELICIA TODOS LOS DÍAS, TENIENDO
    SOLAZ DELANTE DE ÉL EN TODO TIEMPO

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