Farai un vers de dreit nien:
Non er de mi ni d’autra gen,
Non er d’amor ni de joven,
Ni de ren au,
Qu’en fo trobatz en durmen
Sus un chivau.
No sai en qual hora.m fui natz,
No sois estranhns ni soi privatz,
Ni no.n puesc au,
Qu’en enaisi fui de nueitz fadatz
Sobr’un pueg au.
No sai cora.m endormitz,
Ni cora.m veill, s’om no m’o ditz;
Per pauc no m’es lo cor paritz
D’un dol corau;
E no m’o pretz una fromitz,
Per Saint Marsau!
Malautz soi e cre mi morir;
e re no sai mas quan n’aug dir.
Metge querrai al mieu albir,
e no’m sai tau;
bos metges er, si.m pot guerir,
mor non, si amau.
Amigu’ai ieu, non sai qui s’es:
c’anc no la vi, si m’aiut fes;
ni.m fes que.m plassa ni que.m pes,
ni no més cau:
c’anc non ac norman ni franses
dins mon ostau.
Anc no la vi era m la fort;
anc no n’aic dreit ni no.m fes tort;
quan no la vei, be m’en deport;
no’m prez un jau:
qu’ien.n sai gensor e belazor,
e que mais vau.
No sai lo luec on s’esta,
si es en pueg ho es en pla;
non aus dire lo tort que m’a,
abans m’en cau;
e peza.m be quar sai rema,
per aitan vau.
Fait ai lo vers, no sai de cui;
e trametrai lo a celui
que lo.m trametra per autri
enves Peitau,
que.m tramezes del sieu estui
la contraclau.
Haré un verso sobre absolutamente nada:
No será sobre mí ni sobre otra gente,
No será de amor ni de juventud, ni de nada más,
Sino que fue trovado durmiendo sobre un caballo.
No sé en qué hora nací, no estoy alegre ni triste,
No soy arisco ni soy sociable,
ni puedo ser de otro modo,
porque así fui hechizado de noche sobre una alta montaña.
No sé cuándo estoy dormido ni cuando velo, si no me lo dicen;
Por poco se me quiebra el corazón por un cordial dolor;
Y ello no me importa una hormiga,
Por San Marcial.
Estoy enfermo y temo morirme; y sólo sé lo que oigo decir.
Buscaré médico a mi capricho, y no sé de ninguno así;
Será buen médico si puede curarme,
Pero no lo será si empeoro.
Tengo amiga, no sé quién es:
Pues nunca la vi, a fe mía,
Ni hizo nada que me pluguiera ni que me pesara,
Y no me importa: porque nunca hubo normando ni francés
Dentro de mi casa.
Nunca la vi y la amo mucho;
nunca tuve de ella favor ni me hizo ofensa;
cuando no la veo, me lo tomo en broma:
no me importa un gallo.
Porque sé de una más gentil y más hermosa y que más vale.
No sé si el lugar hacia donde vive está en la montaña o está en el llano;
No oso decir lo injusta que es conmigo, antes bien me callo;
Y pésame mucho que ella se quede aquí,
Y por esto me voy.
He hecho el verso, no sé sobre quién;
Y lo enviaré a aquel que,
Por medio de otro, lo enviará de mi parte hacia Peitieu,
Para que me envíe la contraseña de su estuche.
Guilhem de Peitieu
principios del siglo XII
¿Nihilismo medieval?
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