La simplicidad de la mirada

Pierre Hadot

NIVELES DEL YO

"Mas nosotros [...]
¿Quiénes somos nosotros?

(Enéadas, IV,4,14,16)

"Plotino [...] se avergonzaba de estar en un cuerpo". (1) De este modo comienza Porfirio el relato de la vida de su maestro. No nos apresuremos a diagnosticar aquí algún rasgo mórbido propio de nuestro filósofo. Si existe una psicosis, no es la de toda una época, como pude pensar en otro tiempo y como se cree con frecuencia, sino la propia de un determinado medio espiritual y literario de aquella época.(2) En los tres primeros siglos de la era cristiana se difundieron las gnosis y las religiones mistéricas. Para ellas, el hombre se experimenta como un extranjero en este mundo, como exiliado en su cuerpo y en el mundo sensible. La divulgación del platonismo explica, en parte, este sentimiento: el cuerpo se considera una tumba y una prisión de la que el alma debe separarse porque está emparentada con las Ideas eternas; nuestro verdadero yo es puramente espiritual.
Y es preciso tener en cuenta también las teologías astrales: el alma es de origen celeste y descendió a la tierra en viaje estelar, en el transcurso del cual se revistió de envoltorios cada vez más toscos, el último de los cuales es el cuerpo terrestre.
Bajo la influencia de este platonismo difuso se experimenta cierta náusea hacia el cuerpo. Esta será, por otra parte, una de las razones de la hostilidad pagana frente al misterio de la Encarnación. Porfirio lo dirá claramente:

"Cómo admitir que lo divino se haya convertido en embrión, que después de su nacimiento se lo haya envuelto en pañales, sucio de sangre, de bilis y cosas aún peores".

2 comentarios:

  1. Cuántos esfuerzos en el tiempo por inventar miles de historias de lo único que tenemos y a la vez no lo tenemos del todo, el cuerpo..

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  2. muy interesante! "tenemos" cuerpo (¡!)

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