Aflicta Stigmata Radiis

Me encontraba en una especie de laboratorio (que también era mi casa). Un demonio humanizado abrió la puerta, yo estaba de pie frente a unas sustancias y un matraz, en ese momento salieron rayos fulminantes que lastimaron al pequeño demonio que empezaba a sangrar y a llorar por el dolor. Mi cuerpo era un fantasma lleno de llagas (de ellas salían aquellos rayos). El cuerpo me ardia . Pedí perdón al demonio, lo llevé a recostarse y lo cubrì con una manta, me hinque a su lado y comencé a llorar y a implorar perdón, traté de explicar que las peligrosas llagas se debían a mi tristeza, ella las producía, al fin el demonio lograba descansar.
Tenía que encerrarme en un cuarto, pensé que si permanecia encerrada no podria lastimar a nadie más con mis heridas... Me detenía en la sensación de un abundante goteo de sangre por mi nariz que se escurría entre mis manos y mis piernas. En la habitación habìa un espejo, me miraba en él, recuerdo mi cara llena de sangre, abundante sangre que repentinamente se transformó en sangre blanca.
Mi madre fue a buscarme, yo me cubrí con una manta para que mis llagas no la lastimaran. Me puso en una cama y me abrazó, pero sus abrazos eran los de alguien más (no lo comprendo)... Comencé a llorar, llorar, llorar, llorar, gritar, con tal dolor, con tal tristeza... que... la sangre recuperaba su color carmesí... yo no paraba de llorar y gritar...

3 comentarios:

  1. No termino de asombrarme con tus sueños...
    (la imagen que insertas es engimática, sabes de qué se trata?)

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  2. Segùn leì, es una imagèn sobre alquimia. En cuanto encuentre màs datos, os haré saber.

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