Y el miedo es una cosa grande como el odio. El miedo hace existir a la tarántula, la vuelve cosa digna de respeto, la embellece en su desgracia, rasura sus horrores. Qué sería de la tarántula, pobre, flor zoológica y triste, si no pudiera ser ese tremendo surtidor de miedo, ese puño cortado de un simio negro que enloquece de amor. La tarántula, oh Bécquer, que vive enamorada de una tensa magnolia. Dicen que mata a veces, que descarga sus iras en consejos dormidos. Es cierto, Pero muerde y descarga sus tinturas internas contra otro, porque no alcanza a morder sus propios miembros, y le parece que el cuerpo del que pasa, el que amaría si lo supiera, es el suyo.
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ResponderEliminarY el miedo es una cosa grande como el odio.
ResponderEliminarEl miedo hace existir a la tarántula,
la vuelve cosa digna de respeto,
la embellece en su desgracia,
rasura sus horrores.
Qué sería de la tarántula, pobre,
flor zoológica y triste,
si no pudiera ser ese tremendo
surtidor de miedo,
ese puño cortado
de un simio negro que enloquece de amor.
La tarántula, oh Bécquer,
que vive enamorada
de una tensa magnolia.
Dicen que mata a veces,
que descarga sus iras en consejos dormidos.
Es cierto,
Pero muerde y descarga sus tinturas internas contra otro,
porque no alcanza a morder sus propios miembros,
y le parece que el cuerpo del que pasa,
el que amaría si lo supiera,
es el suyo.
Eduardo Lizalde
la deja partir por temor a la agonía, desfilan las nubes huecas
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