lLa transparencia del mal









Ya solo podemos simular la orgía y la aberración, fingir que seguimos acelerando en el mismo sentido, pero en realidad aceleramos en el vacío, porque todas las finalidades de la aberración quedan ya detrás de nosotros y los que nos persigue y obsesiona es la anticipación de todos los resultados, la disponibilidad de todos los signos, de todas las formas, de todos los deseos. ¿Qué hacer entonces? es el estado de simulación, aquel en que solo podemos reestrenar todos los libretos porque ya han sido representados, real o virtualmente.


Jean Baudrillard

2 comentarios:

  1. la noción de "persona" se implica con la de "signo", y ahora estamos saturados de mulplicidades sígnicas, creo que nunca como antes, a pesar que esto suene a cliché, atestiguamos la variedad modal de la existencia, y no sólo aceleramos en el vacío, también se puede escribir que el vacío acelera en nosotros, es decir, en el signo, saturándolo...

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  2. mmm... entonces se podría decir que la saturación es una especie de dictadura o totalización que ata la movilidad de la duda; con su multiplicidad de formas algunas incluso encantadoras y que el vacío no es sino una de esas modalidades, la religiosa..

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