“Callar y quemarse es el castigo más grande que nos podemos echar encima. ¿De qué me sirvió a mí el orgullo y el no mirarte y el dejarte despierta días y noches? ¡De nada! ¡Sirvió para echarme fuego encima!”.
Decía San Pablo que es mejor casarse que quemarse... Pero esto contrasta, también con el tono desahuciado de Lorca, cuando se recuerda a los udríes que se internaban en el desierto para quemarse, externa e internamente, por un amor que preferían no consumar, con lo cual se hacían mártires, verdaderos, del Islam (por preferir la yihad interna).
Decía San Pablo que es mejor casarse que quemarse... Pero esto contrasta, también con el tono desahuciado de Lorca, cuando se recuerda a los udríes que se internaban en el desierto para quemarse, externa e internamente, por un amor que preferían no consumar, con lo cual se hacían mártires, verdaderos, del Islam (por preferir la yihad interna).
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