Hierogamia cananea

Se dirigió Ilu a la orilla del mar
y se marchó a la orilla del océano.
Tomó Ilu a dos consagradas
a dos consagradas al frente de la caldera sacrificial
Mira, una se agachaba, la otra se alzaba;
mira, una gritaba: "¡padre, padre!",
y la otra: "¡madre, madre!"
Se alargó el miembro de Ilu como el mar,
el miembro de Ilu como la marea;
era largo el miembro de Ilu como el mar,
el miembro de Ilu como la marea.
Tomó Ilu a dos consagradas,
a dos consagradas al frente de la caldera sacrificial,
las tomó y las estableció en su casa.
[...]
Ilu a las dos mujeres quiso efectivamente seducir.
Si ambas mujeres gritaban:
"¡Oh hombre, hombre!, tu cetro depusiste,
enderezando la vara de tu mano;
mira, un pájaro has tostado al fuego,
lo has asado a las brasas",
entonces las dos mujeres serían mujeres de Ilu
[...]
Se inclinó, besó sus labios;
y sus labios eran dulces,
dulces como lo son las granadas.
Al besarlas hubo concepción,
al abrazarlas hubo preñez.
[...]
Ambas se acurrucaron y dieron a luz,
a los dioses apuestos dieron a luz,
a los voraces ya de sólo un día,
que maman de los pezones de la Señora.

Mitos y leyendas de Canaan. Según la tradición de Ugarit (versión de G. del Olmo Lete, Ed. Cristiandad, Madrid, 1981, pp. 440-446)

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