Allende el mar
¿Por qué me ordenas pequeñuelo,
por que me solicitas hijito mío,
que entone un dulce canto
hallándome muy lejos, exiliado
allende el mar?
¿por qué me ordenas que cante?
Mucho más para mi ¡ ay pobrecillo!
llorar grato resulta, niño mio;
mucho más lamentarme que cantar
una canción como la que me pides,
amorcito entrañable.
¿por qué me ordenas que cante?
Preferiria mejor, mi pequeñin,
que tú desearas , hermanito,
condolerte conmigo con corazón
piadoso,y con alma compungida
acompañarme en el llanto
¿por qué me ordenas que cante?
Sabes tú, novicio divino,
sabes tú, dicipulillo del cielo,
que hace tiempo que estoy exhiliado
y que de dí y de noche
soporto muchas fatigas.
¿por qué me odenas que cante?
Sabes que al cautivo pueblecillo
que toma su nombre de Israel
se le prohibio cantar en Babilonia
mientras muy lejos se hallaba
de sus tierras de Judea.
¿por qué me ordenas que cante?
No pudieron, por tanto,
ni tampoco debieron
hacer sonar un dulce canto
delante de gente extraña a nuestra tierra.
¿por quéme ordenas que cante?
Más, dado que, de todos modos,
lo deseas, egregio compañero,
cantare en honor del Padre y del Hijo,
y de aquel que procede
de ambos dos juntamente
Eso lo canto con sumo placer.
Bendito eres, Señor,
Padre , Hijo, y Paráclito
Dios trino, un sólo Dios
Dios soberano, Dios compasivo,
Dios justo.
Eso lo canto con sumo placer.
Desde hace mucho tiempo , exiliado
en este mar me hallo, oh Señor.
Ya van casi dos años,
Tú lo sabes. Ten por fin
de mi piedad.
Es lo que muy humildemente te suplico.
A la espera de ello, pequeño mio,
a El con sumo placer canto.
Cantaré con mi boca, cantaré con mi alma,
cantaré por el día, cantaré por la noche
una dulce canción
para Ti, rey piadosisimo
Godelcalco de Orbais o de Fulda
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Cantemos hija, cantemos en medio de esta enorme friolera de la vida, alabemos al ignoto, al enigma, al inexistente, de nuestras bocas nacerán las agonías de los colores, las marcas del vacío y la cortina universal que despliega el absurdo
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