Transcribo lo que le escribía a una amiga muy preocupada por estas cosas: "La teoría del shock de Naomi Klein es un libro a propósito del pánico que mostraron los norteamericanos con el asunto del terrorismo (posterior al 11-Septiembre), su aplicación al caso de la influenza porcina en México es totalmente coyuntural. Y es aquí donde se comprueba lo que tantas veces hemos visto en clase: la "realidad" es un espacio simbólico en el que interactúan diversas fuerzas. Tendremos pocas oportunidades como ésta (la de la crisis epidemiológica en México) para constatar cómo construimos los significados. No es que se niegue el "hecho fáctico" (la existencia material del virus y sus consecuencias en los seres humanos) sino que a todo "lo que existe" le montamos interpretaciones, que van desde las oficialistas hasta las muy curiosas. A mi parecer estos correos que ahora circulan tanto entre nosotros, en los que se nos trata de convencer de un complot del Estado mexicano o del norteamericano [o del FMI, la ONU, las farmacéuticas...] son en general escorias que manifiestan un nivel de paranoia más severo que el que "naturalmente" se deriva de la información oficial"
Transcribo lo que le escribía a una amiga muy preocupada por estas cosas:
ResponderEliminar"La teoría del shock de Naomi Klein es un libro a propósito del pánico que mostraron los norteamericanos con el asunto del terrorismo (posterior al 11-Septiembre), su aplicación al caso de la influenza porcina en México es totalmente coyuntural. Y es aquí donde se comprueba lo que tantas veces hemos visto en clase: la "realidad" es un espacio simbólico en el que interactúan diversas fuerzas. Tendremos pocas oportunidades como ésta (la de la crisis epidemiológica en México) para constatar cómo construimos los significados. No es que se niegue el "hecho fáctico" (la existencia material del virus y sus consecuencias en los seres humanos) sino que a todo "lo que existe" le montamos interpretaciones, que van desde las oficialistas hasta las muy curiosas. A mi parecer estos correos que ahora circulan tanto entre nosotros, en los que se nos trata de convencer de un complot del Estado mexicano o del norteamericano [o del FMI, la ONU, las farmacéuticas...] son en general escorias que manifiestan un nivel de paranoia más severo que el que "naturalmente" se deriva de la información oficial"