Había en el fondo del mar
Había en el fondo del mar una perla y una vieja trompeta.
Las sutiles capas del agua sonreían con delicadeza al pasar
junto a ellas, las llamaban las dos amigas.
Había un niñito ahogado junto a un árbol de coral.
Los brazos descoloridos y las ramas luminosas se enlazaban
estrechamente; los llamaban los dos amantes.
Había un fragmento de rueda venida desde muy lejos
y un pájaro disecado, que asombraba como elegante
extranjero a los atónitos peces; les llamaban los nómadas.
Había una cola de sirena con reflejos venenosos y un
muslo de adolescente, distantes la una del otro; les llamaban los enemigos.
Había una estrella, una liga de hombre, un libro deteriorado y un violín
diminuto; había otras sorprendentes maravillas, y cuando el agua pasaba
rozándolas suavemente, parecía como si quisiera invitarlas a que la
siguieran en cortejo centelleante.
Pero ninguna era comparable a una mano de yeso cortada.
Era tan bella que decidí robarla. Desde entonces llena mis
noches y mis días; me acaricia y me ama.
La llamo la verdad de amor.
Luis Cernuda
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Recuerdo , entre sueños, que mi padre buscaba a la orilla del mar, entre miles de objetos, algo con que proteger a los hombres de fe.
ResponderEliminarPadre, Cernuda venia detras o ya había pasado por ahí y te ha ganado esa mano.Seguiré buscando...
just ici tout va bien
ResponderEliminarEt ici, c´est la merde, on va pas bien... je crois je vais me suicider. Au revoir, mes amours...
ResponderEliminarla malade conscience: metempsicosis
ResponderEliminarfelicidades profesor, jamás pensé que fuera tan bueno su blogspot. Intentaré comentar con frecuencia. Saludos desde Filos, la casa de los futuros (sabios) engreídos.
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