Ferdinand Keller, Tumba de Böcklin, 1901-1902
El agua de los viejos canales es débil y mental,
triste, en medio de las antiguas ciudades…
Agua tan doliente que parece muerta.
¿Por qué tan desnuda y tan nada? ¿Y qué hace
en su somnolencia, en sus sueños sombríos,
para no ser más que un traidor espejo del rocío,
en el que, incluso, a la luna le cuesta vivir?
Georges Rodenbach
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