Tunel de Eupalinos
En un diálogo que lleva su nombre refiere al propósito de su obra:
... se le conducía hacía una especie de felicidad, por curvas insensibles, por inflexiones ínfimas y todo poderosas y por esas profundas combinaciones de lo regular y de lo irregular que había introducido, escondido y hecho tan imperiosas como indefinibles. Estas combinaciones hacían que el movedizo espectador, dócil a su presencia invisible pasara de visión a visión y de los grandes silencios a los murmullos de placer, a medida que se adelantaba, retrocedía, se acercaba otra vez, errando dentro del radio de la obra, movido por ella misma, y poseído por su sola admiración. Es indispensable que mi templo conmueva a los hombres como los conmueve el ser amado.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)