Sión

Y les pregunté a los muchachos, les dije, muchachos, ¿qué es lo que han sacado en limpio de este poema?. les dije, muchachos, yo llevo más de cuarenta años mirándolo y nunca he entendido una chingada. Ésa es la verdad. Para qué voy a mentirles. Y ellos dijeron: es una broma, Amadeo, el poema es una broma que encubre algo muy serio. ¿Pero qué significa? dije. Déjanos pensar un poco, Amadeo, dijeron. Claro que los dejo, faltaría más, dije yo. Déjanos reflexionar un poco y a ver si te alivianamos la incógnita, Amadeo, dijeron. Claro que quiero que me alivianen, dije yo. Después uno de ellos se levantó y fue al baño y el otro se levantó y se fue a la cocina y yo me puse a dormitar mientras ellos circulaban como Pedro por el infierno de mi casa, quiero decir, por el infierno de recuerdos en que se había trasformado mi casa, y yo les dejé hacer y me puse a dormitar, porque ya era muy tarde y mucho lo que habíamos bebido, aunque de vez en cuando los escuchaba caminar, como si hicieran ejercicios para desentumecer los huesos, y de vez en cuando los oía hablar, se preguntaban y se respondían no sé qué cosas, algunas muy serias, supongo, pues entre pregunta y respuesta mediaban unos silencios grandes, otras no tan serias pues reían, ah, qué muchachos, pensaba, ah, qué velada más interesante, hacía tiempo que no bebía tanto y que no conversaba tanto y que no me lo pasaba tan bien. Cuando volví a abrir los ojos los muchachos habían encendido la luz y delante de mí había una taza de café humenate. Bébetela, dijeron. A sus órdenes, dije yo. Recuerdo que mientras me tomaba el café los muchachos volvieron a sentarse enfrente de mí y estuvieron comentando los otros textos publicados en Caborca. Bueno, pues, les dije, ¿cuál es el misterio? Entonces los muchachos me miraron y dijeron: no hay misterio, Amadeo.

Roberto Bolaño, Los detectives salvajes, Anagrama, Barcelona, 2007, p.376-377

Hierogamia cananea

Se dirigió Ilu a la orilla del mar
y se marchó a la orilla del océano.
Tomó Ilu a dos consagradas
a dos consagradas al frente de la caldera sacrificial
Mira, una se agachaba, la otra se alzaba;
mira, una gritaba: "¡padre, padre!",
y la otra: "¡madre, madre!"
Se alargó el miembro de Ilu como el mar,
el miembro de Ilu como la marea;
era largo el miembro de Ilu como el mar,
el miembro de Ilu como la marea.
Tomó Ilu a dos consagradas,
a dos consagradas al frente de la caldera sacrificial,
las tomó y las estableció en su casa.
[...]
Ilu a las dos mujeres quiso efectivamente seducir.
Si ambas mujeres gritaban:
"¡Oh hombre, hombre!, tu cetro depusiste,
enderezando la vara de tu mano;
mira, un pájaro has tostado al fuego,
lo has asado a las brasas",
entonces las dos mujeres serían mujeres de Ilu
[...]
Se inclinó, besó sus labios;
y sus labios eran dulces,
dulces como lo son las granadas.
Al besarlas hubo concepción,
al abrazarlas hubo preñez.
[...]
Ambas se acurrucaron y dieron a luz,
a los dioses apuestos dieron a luz,
a los voraces ya de sólo un día,
que maman de los pezones de la Señora.

Mitos y leyendas de Canaan. Según la tradición de Ugarit (versión de G. del Olmo Lete, Ed. Cristiandad, Madrid, 1981, pp. 440-446)

Algo sobre perversión


Reseña del libro Nuestro lado oscuro. Una historia de los perversos de Elisabeth Roudinesco, publicado por anagrama...

"¿Cómo pensar la perversión tras el colapso del humanismo que supuso Auschwitz? Élisabeth Roudinesco (París, 1944) pasa revista, en el último capítulo, a las principales manifestaciones del rechazo de lo oscuro y del culto a la transparencia de las sociedades occidentales actuales, que normaliza cualquier transgresión con sus obsesiones quirúrgicas respecto de la transexualidad o con la extrema compartimentación de la psiquiatría a través del DSM (el hoy universal manual diagnóstico estadístico de los desórdenes mentales)."

The Body Hysteria

An exhibition of paintings by Los Angeles-based artist JL Robbins. His first solo show with the gallery explores a side of erotism seldom seen in art today. Robbins' work translates the universal themes of loneliness, paranoia, sexuality and the human condition into a highly emotionally-charged narrative of realism, while at the same time avoiding reality. He is maybe one of the most controversial artists in this genre and should not be overlooked or shied away from. Because of the explicit content, one may feel a very peculiar feeling looking at these paintings, but for the aesthetic experience alone it is a must see [...]

JL Robbins was raised in Virginia with a strict military school upbringing. However, his interests have always been toward the "Unspoken" truths of life. An Industrial Design graduate of The Art Institute of Pittsburgh, he soon moved to Los Angeles where he worked fabricating prosthetic limbs. Robbins' work has graced the pages of Tattoo Savage, Big Wheel as a featured artist and is included in the book "The World's Greatest Erotic Art of Today" as well as Static-X's album Start a War and sketches regarding the 2007 release of the film Hannibal Rising. 2008 finds Robbins' work in the "American Surrealist Initiative" taking place in Saginaw, Michigan with the likes of HR Giger, Alex Grey and David Stoupakis.

Heidegger, Derrida, Potel y el capitalismo de las ideas

Doy vueltas y vueltas al asunto, me pregunto si Heidegger o Derrida firmaron contratos con editoriales, y si así fue, en qué condiciones y con qué vigencia. Pienso en los "derechos de autor", en su aplicación al ámbito de las ideas filosóficas. Pienso en la gramatología derridiana y en el análisis de la escritura, en la crítica al fonocentrismo, y en la crítica que debiera nacer ahora al grafocentrismo, lo cual implica no sólo la beligerancia contra la bibliocultura sino también contra la "cibercultura" que reproduce las huellas de la primera. Pienso en el valor de uso y el de cambio, en el dinero, en su caracter divino y omnímodo, en su fuerza nomizadora (y si no, por qué pretender meter a la cárcel al maestro Potel). Pienso en el caso que se dio en el 2008 con una mujer obligada a pagar una multa por 220mil dólares por bajar algunos mp3 con un programa P2P: la misma lógica ancenstral de los sacrificios, inmolación de uno para que los demás comprendan el rigor del orden sagrado. Ahora, de nuevo, en las pirámides editoriales una víctima más del sintagma de la ganancia unívoca.

Las muertes del caos

"¿Qué hay acerca del moviemiento de las propias manos y pies, o del comer y beber? ¿Qué del movimiento de las nubes, el curso de los ríos, la caída de las hojas y las flores desparramadas por el viento? Tan pronto como se intenta imprimirles una Forma, aunque sea leve, el resultado está obligado a ser el mismo que en la fábula de Chuang-tsu sobre el Caos: al sacar el Caos y poner un globo ocular en su lugar, el Caos murió"
Hakuin, Japón siglo XVII
Citado por Keiji Nishitani en La religión y la nada (Siruela, Madrid, 2003, p. 264)